Cuando se habla de Globalización, y de sus consecuencias,
una de las preocupaciones que emerge, es el reparto de los beneficios.
¿Contribuye realmente al desarrollo de los países menos desarrollados? ¿Contribuye
realmente a que la pobreza se reduzca? Teniendo en cuenta que hay varios
caminos y tendencias, ¿cuáles serán los modelos y las reglas de juego para
conseguir mejores equilibrios y un desarrollo con menor pobreza y menos
desigualdades? ¿Cuáles son los agentes encargados de poner remedio al
subdesarrollo y de contribuir a la reducción de la pobreza? La visión
tradicional, era que quien debía preocuparse de esa tarea, era el gobierno del
propio país. Posteriormente a la Segunda Guerra Mundial, y con las
instituciones salidas de Bretton Woods, se ha aceptado el rol clave de
organismos internacionales en la promoción del verdadero desarrollo.
DESARROLLO. CONCEPTO MULTIDISCIPLINAR
El primer reto de los seres humanos es el de la
supervivencia material: comida y alojamiento. Pero es necesario agregar el
concepto de dignidad al de supervivencia material.
Sobrevivir como ser humano, según Amartya Sen, significa
tener acceso a bienes y capacidades que abran oportunidades a la vida y tener
la posibilidad de escoger opciones y desarrollarse como persona. Ser humano, es
poder desarrollarse y poder crecer de alguna manera, y no solo sobrevivir de
forma material, ya que los bienes materiales son un medio para desarrollar
capacidades.
Las Naciones Unidas, a través del PNUD (Política de la
Naciones Unidas por el Desarrollo), cuentan con tres indicadores básicos para
medir el desarrollo:
- Esperanza de vida al nacer,
- Nivel medio de escolarización y
- Renta Per Cápita.
Pues sin acceso a la salud, la educación y la riqueza material,
no existen oportunidades en la vida de la persona. Para tener una vida plena y
desarrollarse de forma constante, es muy necesario tener acceso generalizado
del conocimiento. Así pues, el aspecto puramente material –normalmente el PIB
per cápita-, es el que los gobiernos y medios de comunicación usan como vara de
medir el éxito, siendo sumamente insuficiente, pero muy goloso en cuanto a
colgarse medallas. Esto es lo que está ocurriendo en la España del PP y sus
palmeros oficiales.
Como ejemplo ilustrativo de las diferencias en cuando a los
indicadores, nos lo puede dar los índices de Bolivia y de Guinea, países con
similar PIB, pero con una diferencia significativa en cuanto al índice de
desarrollo humano, estando Bolivia muy por encima de Guinea, lo que nos hace
pensar, que Bolivia ha usado mejor su riqueza material en beneficio de sus
ciudadanos.
POBREZA. CONCEPTO MULTIDISCIPLINAR
El índice de desarrollo humano del PNUD, mide el logro medio
de un país, pero una media esconde siempre diferencias importantes.
Un país puede estar muy desarrollado, y a su vez tener un
número muy importante de población viviendo en la pobreza, población que queda
excluida de este desarrollo (España como ejemplo actual). También se puede dar
el caso de dos países muy desarrollados y que tengan diferentes niveles de
población en la pobreza.
El PNUD, elabora índices de pobreza, donde se tienen en
cuenta aspectos relacionados, con la salud y la educación, que hacen posible
una vida digna con opciones de desarrollo. Los índices de pobreza tienen varias
dimensiones y se miden según los siguientes criterios:
- El porcentaje de la población que no llegará a los 40 años.
- El porcentaje de niños menores de 5 años que están por debajo del peso normal.
- El acceso a los servicios de salud.
- El acceso a agua potable.
- El porcentaje de adultos analfabetos.
- El porcentaje de adultos que viven con menos de 1 ó 2 dólares al día.
También se hace una diferenciación en la pobreza de los
países en desarrollo y de los desarrollados.
Se considera pobre –en los países desarrollados-, a una
persona que viva en un hogar o unidad de habitabilidad, donde la renta
disponible por cada adulto, sea menor de la mitad de la renta media disponible
en ese país.
Sin embargo, la UE, definió en 1984 la pobreza como “individuos,
familias y grupos de personas, cuyos recursos materiales, culturales y sociales,
sean tan escasos que se encuentren excluidos de los modos mínimos de vida
aceptable en el país”. Definición que, debido a los aires neo-conservadores que
inundan a la vieja Europa, se quedó en una pura y teórica declaración de
intenciones.
En esa definición se incluye por primera vez el concepto de
“exclusión”, ya que esta palabra subraya las oportunidades y opciones por la
vida digna del ser humano, bien sea en lo económico o en lo social.
LA DIVISION NORTE / SUR Y LA CUESTION DEMOGRAFICA
Con objeto de facilitar la lectura, denominaremos Norte a
los países desarrollados, y Sur a los no desarrollados o en vías de desarrollo.
Desde 1950, el crecimiento demográfico ha sido espectacular
en todo el mundo, y en especial en los países menos desarrollados. Se prevé que
para el año 2016, el mundo tenga alrededor de 7.500 millones de personas. Casi
todo este crecimiento proviene de los países menos desarrollados, ya que se espera
que no exista el mismo crecimiento en los desarrollados.
Los esfuerzos realizados por cualquier país que aumente de
forma significativa su demografía, son tremendos, ya que se han de multiplicar
los servicios a los ciudadanos, con el fin de no caer en la pobreza.
El PIB per cápita creció prácticamente en todas partes a
partir de la segunda mitad del siglo XX. En los llamados países del Sur (tal y
como hemos indicado los menos desarrollados o fuera de la OCDE), se multiplicó
por 3. Pero es la comparación con los países del Norte, la que daña esa
información; en estos últimos el PIB per cápita se multiplicó por 5,8 (casi el
doble que en los países del Sur). La proporcionalidad de ambos índices a
mediados del siglo XX era 100/26, mientras en nuestros días, en pleno auge de
la globalización neo-liberal, es 100/14, y la tendencia no parece cambiar a
pesar de los grandes avances macroeconómicos –que no sociales- de China, India
y Brasil. La pobreza más dura está concentrada en Africa, mientras que América
Latina sufre otra pandemia, la desigualdad.
El crecimiento demográfico del Sur, genera movimientos
migratorios sin precedentes y a gran escala hacia el Norte, y del campo hacia
las ciudades en los países del Sur, produciendo graves problemas a los cuales
no se ha sabido –o no se ha querido- dar solución. Esas concentraciones
urbanas, están generando mega-urbes como México, Shanghai, Nairobi, Mumbai, Sao
Paulo, Lagos, Calcuta, entre otras, que se ven desbordadas no pudiendo atender
los requerimientos de los ciudadanos. Se piensa que hacia el año 2025, Asia
tendrá más de 10 súper-ciudades de más de 20 millones de habitantes.
Estos gigantes urbanos, no pueden crear suficientes puestos
de trabajo, ni viviendas dignas, ni condiciones sanitarias y educativas
adecuadas para abordar la demanda. El resultado, es una tasa elevada de
desempleo, barrios/guetos, chabolismo, favelas y sobre todo un incremento de
criminalidad y delincuencia locales, unido a una sub-economía que no puede
llamarse ni sumergida. Por si fuera poco, la citada criminalidad se hace
global, por la naturaleza intrínseca de la globalización existente en el resto
de los ámbitos.
ALGUNAS CONSECUENCIAS DE LA GLOBALIZACION EN LA RELACION
NORTE / SUR
Es posible que muy a largo plazo, la liberalización del comercio
a nivel global, comporte beneficios a los países en desarrollo, pero la
realidad a día de hoy es distinta. En términos generales, la globalización ha
significado alejar más al Norte del Sur en desarrollo, siendo el saldo
favorable al Norte. El Bottom Billion (Ver enlace) se incrementa, y la desigualdad en la
distribución del ingreso se eleva aún más.
La reducción de los servicios públicos en los países en
desarrollo, se debe principalmente, a la tremenda deuda que tienen los países
del Sur, con los países del Norte, y si la condonación de esa deuda serviría
para inyectar recursos en salud y capital social y educativo, esa medida sería
una solución aceptable y plausible. Pero lamentablemente –y hay miles de
ejemplos-, las condonaciones solo sirven para alimentar las cuentas privadas de
dirigentes y sátrapas que manejan la gran mayoría de los países del Sur, en
connivencia, eso sí, con las grandes corporaciones multinacionales.
La humanidad tiene un gran problema, y no se aplican recetas
que solucionen el mismo. Se aplican recetas que lo agravan.
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