Saquen sus propias conclusiones.
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Luis de Miguel, el primer
blanqueador
El aparato exterior de Correa no es cualquier
cosa: Luis de Miguel, Ramón Blanco Balín y Arturo Gianfranco
Fasana. Nivel. Luis de Miguel, el primero de ellos, empezó a trabajar con
Correa en la década de los 90. Llegó a ser administrador único de algunas de
las empresas —Orange Market, Easy Concept, Inversiones Kintamani y Caroki SL— y
tuvo cargos variados en otras: Special Events, TCM, Real Estate Equity
Portfolio y Boomerangdrive SL. Pero el cargo no hace honor a sus muchos
méritos. Se trataba, en realidad, de mover por ahí, tal que en Suiza, el dinero
que la trama acumulaba en España. O de “crear estructuras de blanqueo”
como se dice en los informes policiales. Ahí estaría Spinaker 2000.
De hecho, experiencia tiene. Contábamos en el primer
capítulo de la serie que Garzón inició Gürtel a raíz de encontrar,
en los registros del caso BBVA-Privanza, una carpeta con cuentas en el exterior
de un tal Francisco Correa en el bufete de Luis de Miguel. Y según los datos
que obran en la causa, como en un informe de la Fiscalía Anticorrupción del 6
de mayo de 2010, en su despacho había documentos sobre “las estructuras de
blanqueo off shore (paraísos fiscales) con sociedades ubicadas en Antillas
Holandesas y la Isla de Nevis” creadas para Francisco Correa y, también, Guillermo
Ortega, el exalcalde de Majadahonda al que ya encontraremos en su lugar
correspondiente. El propio De Miguel ha contado en algún medio que tiene
cuentas en Suiza, abiertas desde finales de los años setenta, “por si acaso,
como un dinero en la reserva”.
De Miguel ha negado haber participado en delito alguno, y
afirma que de hecho dejó de trabajar con Correa cuando se enteró por una
revista —Interviú, en 2005— de que allí podía haber algo raro. Extraño asesor fiscal
y administrador este, que asesora fiscalmente y administra empresas de las que
nada sabe y de las que se entera por la prensa de sus interioridades. Sí
reconoce algunas cosas, como haberse entrevistado en la sede del PP, en Génova,
con el entonces eurodiputado Gerardo Galeote, “porque era su asesor para sus
cuentas personales”. Claro que también dice cosas muy graciosas, como estas:
“¿Cómo iba a pensar yo que había negocios turbios cuando Correa tenía en su
despacho una bandera de España y otra del PP y era amigo de gente del PP?”
Incluso aparece algo mohíno en Vanity Fair contra Correa y sus
chicos, porque les había pedido “una foto de Aznar firmada” para lucir en su
despacho, y nunca se la consiguieron.
Luis de Miguel no es un desconocido para la justicia. En
abril de 2013 fue condenado por la Audiencia Nacional a 21 años de cárcel por
ayudar al empresario Juan Ramón Reparaz a defraudar a Hacienda 16 de los 25
millones de euros que el empresario no declaró entre 1999 y 2006. ¿El
método? Sociedades interpuestas con sedes en Panamá, Belice, Irlanda, el
Reino Unido y España. ¿Les suena de algo?
©José María Izquierdo,
para El País.
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