lunes, 28 de octubre de 2013

Premios Príncipe de Asturias en Oviedo

El pasado viernes 25 de octubre, y como todos los últimos viernes del mes de octubre, se celebró en Oviedo la entrega de los premios correspondientes a la Fundación Príncipe de Asturias. Oviedo volvió a ser la Vetusta de La Regenta de Leopoldo Alas “Clarín”. ¿Por qué hago esa afirmación? En el siglo XXI, las exhibiciones de poder y clasismo, reflejadas en el paseillo de entrada al teatro Campoamor, están fuera de lugar por lo que representan y comunican. Nos indican: aquí estoy yo –poderoso y privilegiado- y detrás de la valla te encuentras tú, plebe infecta.

Los premios de la Fundación Príncipe de Asturias, tienen su parte positiva. Colocan a Oviedo en primera fila de la información mundial. Los premiados, suelen ser personas o entidades de prestigio mundial en su ámbito de actuación, merecedoras en su gran mayoría del reconocimiento que se les hace. Son muy interesantes las participaciones públicas de los premiados en conferencias, coloquios o exhibiciones, ya que acercan a aquellos que están interesados a gente que quizás de otra forma nunca lo conseguirían. Pero la parafernalia que se monta cada viernes final de octubre es infumable.

¿No sería más adecuado hacer un acto simple en el propio teatro sin ningún bloqueo de las calles más céntricas de la ciudad? ¿No sería más adecuado abrir las puertas del teatro Campoamor a toda la sociedad y no a unos pocos? Seguí la retransmisión del acto a través de la señal de Internet de la TPA, y escuchando a Carlos Fuentes, a la sazón jefe de protocolo de la Fundación, el cual aludía a la cantidad de solicitudes para asistir y que tenían que ser muy restrictivos, me preguntaba, ¿Qué coño pinta en el acto la antigua mujer del torero Rafael Camino, de forma altiva y desafiante? ¿Qué coño pinta Mariló Montero? ¿Qué coño pintan toda esa serie de #fartones, comedores y vividores que parece que le perdonan a uno la vida por asistir a un acto clasista y decimonónico?

Señores de la Fundación Príncipe de Asturias: ¡Cambien de una vez la estructura del acto de entrega de los premios!

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