lunes, 7 de mayo de 2012

Final de la Liga 2011-2012 en España. El sueño de una noche de primavera


Los jugadores rojiblancos –hoy vestidos de rojo con un detalle color crema-, saltan al campo de La Rosaleda de Málaga, con un solo objetivo entre ceja y ceja: ganar. Saben que se juegan mucho, y, a pesar de la diferencia técnica y de presupuesto que les separa del conjunto malacitano, convencidos están de qué pueden sacar el partido adelante. Además –piensan- el fútbol es once contra once, y los contrarios son humanos. El bajito técnico de Baracaldo, les da la última arenga en las escaleras de acceso al verde césped. Llegó la hora. El último tren de la permanencia espera en la estación. Hay lista de espera para subir al mismo. Zaragocistas, rayistas, granadinos, villarealenses y sportinguistas, permanecen tensos en el andén para subir a los vagones que llevan a quedarse en la élite del fútbol español. Más allá –en el andén 2-, se encuentra estacionado el tren del descenso, con los racinguistas en sus asientos, esperando nuevos compañeros de viaje.
Comienzan los choques, y el nerviosismo se apodera de los protagonistas. Los transistores arden y echan humo. Las piernas pesan el doble. El balón parece hecho de fuego. ¡Gol en Las Gaunas! No hay problema. No incumbe. ¡Maldito pitido del carrusel! Amagos de infarto en las gradas. No hay uñas que comer. Tensión por las nubes. En Gijón, Zaragoza y Granada, los bares rebosan de aficionados. Caras de satisfacción en los hosteleros. ¡Hoy voy a hacer buena caja! Los fanáticos con sus camisetas rojiblancas verticales y horizontales y blancas impolutas, rodean sus cuellos con bufandas multicolores, a pesar del calor y la humedad, provocados por la transpiración y la temperatura de sus cuerpos. Los hay que no aguantan más, y salen a la puerta a fumar unos cigarrillos. Dos caladas y para adentro. Otra vez el sufrimiento. ¡Ocasión de Sangoy! Reproches al argentino en Gijón, por haber rematado por encima del larguero. ¡No se puede fallar eso, cagonmimantu! Faltan minutos para terminar la primera parte, y el pitido del Carrusel vuelve a sonar. ¡Goooooool de Lafita en Getafe, gol del Zaragoza! La algarabía recorre la capital maña. ¡Estamos en primera! Gritan los aragoneses. Más cubatas. Más celebración.
Llega el descanso y los hinchas se relajan. Empiezan las cuentas y se agotan las cajetillas de tabaco. Los gladiadores vuelven a los vestuarios. Caras largas en algunos; de ilusión y satisfacción en otros. ¡Jamón Guijuelo, jamón Guijuelo!, escupen las ondas, entre análisis de sesudos comentaristas.
Comienza el desenlace. No hay cambios en ninguna de las escuadras. Cual condenados al cadalso, vuelven a poblar el campo. En Getafe, hay dos elementos singulares. Dos jugadores con sentimiento sportinguista que juegan hoy de azul. Michel y Diego Castro quieren ganar al Zaragoza. No se juegan nada, pero quieren ayudar a sus antiguos compañeros de fatigas. Mientras, y cerca del Alfonso Pérez, un guardameta está tenso en el banquillo. No puede más. Se retuerce en el asiento cada vez que los franquirojos se acercan a la portería defendida por su colega Julio César. ¿Ha marcado el Atleti?, le pregunta al masajista, el cual parece un extraterrestre con los cascos rodeando su cabeza. ¡Gol en Málaga!, dice Ponseti. Un silencio cubre Gijón, ya que la radio va por delante de las imágenes de televisión. ¡Gooool de Sporting! ¡Gol de Gregory! El francés remató un corner botado por Adrián Colunga, haciendo inútil la estirada de Kameni!, explica el locutor de la SER, ¡Málaga, cero, Sporting, uno! Abrazos y risas que llegan al mar, llenan las calles de un Gijón desierto, mientras los sismógrafos detectan movimientos en el norte de España, fruto de los saltos de la gente en la Costa Verde.
¡Penalty en Vallecas! ¡Penalty al favor del Rayo! Vuelve la desilusión a algunas casas y renace la esperanza en otras. Aquel guardameta nervioso del banquillo granadino, se pone los guantes y salta al campo, ya que su compañero con nombre de emperador romano, ha sido expulsado con tarjeta roja. Ha trabado al delantero, y así lo marca el reglamento. Silencio en Vallecas, silencio en la noche. Faltan diez minutos para terminar el partido, y en las botas de Trashorras está la salvación del Rayo. Pita el árbitro, y el rayista ataca el balón, vuela éste y se encuentra con la manopla de Roberto, que lo despeja a corner. Gritos a favor del de Chantada en Granada y en Gijón. El canterano del Barça se lamenta de rodillas en el terreno de juego. ¡Gooooool en Getafe! ¡Goooool de Diego Castro! Miles de voces claman en Gijón. La Santina está haciendo su trabajo. Cientos de cirios se encienden en El Pilar. ¡Vamos mañica! En La Rosaleda, el Málaga acosa de lo lindo. Juan Pablo se defiende como gato panza arriba. Entra Bilic por un cansado Sangoy. Falta lateral que lanza Colunga. ¡Peligro! Peina el croata, ganando la acción a De Michelis, y remata a bocajarro el más pequeñín, el pelado Lora, que introduce la pelota en las redes del equipo del jeque. ¡Esi ye el mejor! Grita un aficionado en el muro. ¡Vamos, vamos, vamos! Se oye por todo Gijón. Tres minutos de alargue en Vallecas y en Getafe. Hierven las radios. Millones de ojos en las pantallas de televisión. ¡Ahí está, ahí está, ahí está! ¡Gooooool de Iñigo López para el Granada! Bailan en el Sacromonte. Disfruta la Alhambra. En Gijón la ilusión rebosa. Ultima jugada del partido en Getafe. ¡Avanza Casquero, la cede a Diego Castro, éste retrasa a Michel, que, al borde del área enchufa un disparo….y gooooool de los azulones!, relata el comentarista. ¡Mala suerte ha tenido el Zaragoza. El disparo de Michel rozó en Paredes y descolocó a Roberto! ¡Final del partido en Málaga! Suena en Carrusel el soniquete de Un, Dos, Tres. ¡Málaga, cero, Sporting de Gijón, dos! ¡Se acabó en Getafe y en Vallecas! ¡Zaragoza y Rayo Vallecano, son equipos de segunda división!
Gijón y Granada son una fiesta. La gente sale a las calles. Personas desconocidas se abrazan y aprietan los puños al aire. ¡Sporting! ¡Sporting! ¡Granada! ¡Granada! Las dos caras del deporte se juntan en España. Risas y lloros. La buena gente vallecana y zaragozana tiene los ojos húmedos. Se apagan los cirios en El Pilar. Comienzan las procesiones a Covadonga. Aumentan los creyentes en Asturias. Se dispara la venta de sidra.
¡Ring, ring! ¡Ring, ring! Suena el despertador. Hay que levantarse e ir a trabajar. Me levanto con una pequeña sonrisa en mi rostro. ¡Menudo sueño hermoso que he tenido!

6 comentarios:

  1. Joder, me acabas de emociomar carajo!

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    1. Gracias por haberlo leído, y por comentar. Esperemos se cumpla el sueño. ¡Puxa Sporting!

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    2. Hombre..gracias por haberlo leído y gracias sobre todo por haber comentado. Esperemos se cumpla el sueño. ¡Puxa Sporting!

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  2. impresionante ojala se cumpla

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  3. Magnifico y magistral. Yo tambien me he emocionado.

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  4. Eso es lo que todos los Sportinguistas soñamos, ojalá se cumpla, la fiesta puede ser muy grande..

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Gracias por comentar