El sol brilla tras las ventanas de la terminal. Nubes negras acechan a las cabezas de alguno. Es increíble que la mediocridad campe a sus anchas. Parece ser que hay que ser mediocre para ganar, para triunfar. Lo estoy viendo. Me dan ganas de ser mediocre. Hay concursos amañados, pero lo que he visto hoy se aleja de eso. No es que estuviera amañado, es que ya estaba dado el premio de antemano. ¡Qué dolor! ¡Qué pena! Mejor dicho ¡que asco!
Que tengan buena tarde, que yo voy a coger el avión para irme a la Conchinchina o más lejos aún. ¡Agur!
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