Fátima Báñez y la Virgen del Rocío |
Señora Fátima Báñez: Quizás fuera la Virgen del Rocío, quien
le diera instrucciones para el envío de datos confidenciales de un Expediente
de Regulación de Empleo (ERE) al patriótico
diario La Razón. Quizás fuera algún miembro destacado del Opus Dei quien le
diera las instrucciones. No sé. Lo que si se, es que si es verdad lo que
publican varios diarios españoles, usted ha infringido la ley, Y de una forma
bastante clara y chapucera. Aunque tal como actúan los acólitos de la obra, seguro que lo hizo con buena fe, con la fe que usted profesa. Debe
de ser una buena cristiana. O, ¿puede que sea una estrategia aprendida en el
IESE? Seguro que es una acción emprendida con objeto de defender el empleo de
los trabajadores que posiblemente sufrirán un despido por parte del PSOE.
¡Qué importa la confidencialidad! ¿Qué importa que exista
una ley de protección de datos! Usted está por encima de todo esto. ¡Es usted
ministra del glorioso gobierno del PP de salvación de España!
Ahora nos va a decir, que es cosa de su hijo chico. ¡Claro!
Es que es usted tan trabajadora que se lleva la tarea a casa. O, ¿acaso su hijo
campa a sus anchas por las dependencias del Ministerio? En una semana donde
hubo detenidos por venta de información personal, ¿hará algo la justicia en el
caso del ERE del PSOE? La respuesta está clara: no.
En misa la perdonarán, señora Báñez. Se dará unos cuantos
golpes en el pecho, a la vez que gritará “¡yo confieso! y ¡yo pecador”, y todo
solucionado.
Si tiene algo de dignidad y los hechos se comprueban, lo que
debe de hacer es dimitir e irse con viento fresco, ya que la Reforma Laboral
tiene una carga ideológica y no es delictiva, pero el tráfico de información
confidencial, es, en su posición, además de una infantilidad, un delito grave.
Parafraseando algo que usted dice habitualmente: ¡Qué Dios
nos coja confesados!
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