Mucho se está hablando últimamente en Asturias de la RTPA. Que si cierre, que si venta. En fin, todo aquello que está en boca de todos cuando las cosas no va bien. Realmente cuando las cosas van mal.
Sin embargo, pienso que puede llegarse a un punto de acuerdo en mantener la cadena de radio y televisión asturiana.
Este canal de TV, nació hace unos años, envuelto en una polémica política. Se bautizó a la Radio Televisión del Principado de Asturias, como Tele Tini, haciendo clara referencia al apodo del Presidente del Principado, Vicente Alvarez Areces. La inversión en instalaciones y equipos, amén de excesivos medios para sus ejecutivos, fue demasiada. Aparatos de última generación, junto con varias secretarias por directivo y coches de alta gama en concepto de prestación representativa, además de sueldos de cadena norteamericana, fueron las señas de identidad en sus inicios.
Sin embargo, y posiblemente debido a su carácter público y sin problemas en cuanto a los ingresos, la actividad comercial –publicidad- fue dada o concedida a una empresa de Madrid. Como siempre en Asturias eso es normal. ¡Hala todo para Madrid! ¡Qué son los más listos de España! Cualquiera que viera la programación de la TPA, veía que la publicidad era de “nivel nacional” en un 50% en artículos de consumo y de “nivel institucional” el resto. ¿Cuál era el equipo comercial regional existente? Como ejemplo el gasto de la F1, sin publicidad. El fútbol de los sábados con escasa presencia comercial. Lo más grave es que en una región pequeña, se den por dos canales –se duplique la emisión- del mismo programa. ¿No hubiera sido posible comprar los derechos de la F1 y del fútbol del sábado y negociar con la Sexta que sombrearan Asturias? Claro que sí, pero el “grandonismo” lo impide. De hecho, antes se hacía con el fútbol de los sábados. En la 2, se daba el fútbol de la FORTA en aquellas regiones que no tenían cobertura de televisión autonómica, en las que sí había, la 2 emitía algún documental.
El “grandonismo” típico de nuestra tierra nos hizo hacer una televisión que quería competir a nivel nacional, evidentemente sin poder. Unos informativos excesivamente “nacionales” e “internacionales”, con excepción de la sección de El Tiempo.
Toda esa estructura empresarial sobredimensionada, no puede llevar más que al fracaso. Los medios eran superiores a las necesidades. ¿Cuántos miembros componían la plantilla de la RTPA? Si había medios técnicos y humanos suficientes, ¿por qué se concedían sub-contrataciones a productoras externas? Esto se hizo siguiendo el ejemplo de TVE.
Los altos sueldos de los gestores –como el del Sr., Pérez Ornia- y el despilfarro de disparar con “pólvora del rey”, entre otros dispendios, crearon este desastre, de una cadena multimedia, que hubiera podido ser rentable e interesante, pero la cual estuvo dirigida y gestionada por unos criterios que cualquier estudiante de económicas hubiera desechado.
Ahora que no hay dinero ni recursos, los mismos de siempre son los perjudicados. Los trabajadores. Los políticos siguen a lo suyo y a los gestores no les van a faltar puestos en otros sitios, en otras radios o en otras televisiones.
Si mi empresa va mal, pues tendré que cerrar, o darle un giro a su gestión. Pues la misma receta a la RTPA, o que cierre o que cambie la forma de gestión, porque si se adecua a su mercado, puede haber negocio. En otro caso, es inviable.