Enclavado en pleno Alto
Bernesga Reserva de la Biosfera, el Valle
de La Tercia es pura belleza natural. Situado en la provincia de León y a
una hora en coche de Oviedo, sus verdes campos, encajonados por hermosas
montañas, dan cobijo a ríos, riachuelos y arroyos de frías y transparentes
aguas.
Varias aldeas, salpicadas en distintas alturas y no muy
lejanas entre sí, componen esta comarca, cuya cabeza de municipio es
Villamanín.
Pico Fontún |
Con un clima continental extremo, de frío glacial en
invierno y calor seco en verano, es un lugar ideal para pasar una temporada de
descanso y relax, para desconectar de la vorágine urbana, acercando al ser
humano al medio rural origen de la sociedad.
La ganadería, sobre todo la bovina, y la cosecha de forraje,
son las principales actividades económicas de la zona, no existiendo ninguna
actividad febril e industrial, que hace de este paraje, un auténtico paraíso
para los amantes de la naturaleza. Ver las vacas pastando en sus prados, con
esa mirada pasmada y tranquila, rumiando constantemente al son de algún
cencerro, llama la atención del citadino urbano. Poder beber directamente de un
manantial de aguas cristalinas, asombra al desacostumbrado habitante de la
ciudad.
Destaca el desarrollo de actividades culturales, con
exposiciones pictóricas, conciertos, conferencias y encuentros, promovidos y
fomentados principalmente por el ayuntamiento y por la Asociación Lacerta, punta de lanza en la defensa de la comarca.
Estación del tren |
La forma más habitual y práctica de llegar a este paraíso es por carretera, en el vehículo
propio. Villamanín, se encuentra en plena N-630, equidistante en 70 kilómetros
aproximadamente de Oviedo y León, donde una encrucijada de caminos, uno al oeste
(Ventosilla, Rodiezmo, San Martín, Poladura, Viadangos, Casares, Cubillas), y
otro al este (Golpejar, Fontún, Barrio de La Tercia, Cármenes), adentran al
viajero al disfrute de los encantos de la zona.
Las compañías ALSA y RENFE, mantienen enlaces diarios con la
capital de La Tercia.
Al tratarse de una zona de montaña, muy cuidada y agreste,
no hay grandes hoteles al uso, con spa y otras zarandajas. Lo común, son
albergues de montañas, casas rurales y hostales con encanto, todos ellos
construidos en sólidos edificios de piedra.
La Corolla |
Muy cercana se encuentra la estación invernal de Valgrande Pajares, que hará las delicias
de los aficionados al esquí, con pronunciadas pendientes, adecuados remontes,
monitores expertos y nieve de calidad, junto con bares y mesones donde tomar
calientes caldos reconfortantes.
El senderismo es el rey en La Tercia. Parajes suaves, otros
escarpados, rutas ribereñas, hacen que el paseante se sienta en la gloria, en
cualquier estación del año. Habitual es, sobre todo en los meses estivales,
encontrarse grupos de todas las edades por cualquier parte, disfrutando de esta
actividad saludable. También es factible la práctica de la escalada, existiendo
varias rutas perfectamente habilitadas y seguras.
Riachuelo |
Los deportes náuticos tienen cabida en el valle. El embalse
de Casares, permite la práctica del piragüismo, la vela ligera y el windsurf,
en un entorno especial, bajo la atenta mirada de numerosos rebaños de ovejas y
vacas.
Es recomendable, sobre todo para el profano y desconocedor,
asesorarse por especialistas, como El Cantón
de Arbás en Cubillas, que
organizan la agenda de aquellos, para que su estancia sea inolvidable
Uno de los aspectos más destacados de La Tercia, es su
gastronomía. Conocida como argollana,
o de Los Argüellos, destaca por su
carácter recio y calórico, de montaña. La cecina
de chivo o de castrón (apreciada
ya por los romanos), la cecina de vaca,
la caldereta de cordero, los
embutidos como el chorizo, la morcilla, el jamón curado y los chuletones de
reses de la comarca, además de huevos de gallinas auténticas de corral, son las
joyas que harán chuparse los dedos. Sorprende, por ser de interior, la
preparación de pulpo a feira, de
Ezequiel, un templo culinario.
Las Tres Marías |
Merece la pena acercarse a La Tercia, aunque solamente sea
por sus platos, abundantes y sabrosos. Inolvidables.
Atardecer en La Tercia |
Muy bueno Roberto. Sigo conociendo España.
ResponderEliminarSaludos, JB