Definitivamente son especiales. Especiales porque tener una
pensión de más de 50 millones de euros, no está al alcance de cualquiera. Especiales, porque van a cobrar una jubilación garantizada por un lado, y se encuentran
trabajando y cobrando –seguro que no el salario mínimo- por otro. Evidentemente
sus responsabilidades valen lo que cobran
-¿seguro?-, y no somos los mortales comunes capaces de discutir sus emolumentos. Pero
señores, son aquellos que velan por nuestros intereses y que trabajan para que
nuestra vida sea mucho más confortable. No tendrán problemas con los re-pagos
sanitarios, ni con las matrículas de sus hijos. Está bien. Hay que postrarse
ante sus grandes habilidades que han hecho que las entidades bancarias
españolas, requieran fondos públicos. Lo han hecho por nuestro bien, no nos
confundamos. Además el dinero no da la felicidad. ¡Que asco me dan!
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