Allá por el año 1934, Enrique Santos Discépolo, compuso para la película El Alma del Bandoneón, el tango Cambalache.
¿Quién le iba a decir al gran Discépolo que sus textos serían de tremenda actualidad en el siglo XXI ya entrado? A quien no conozca la canción, y esté un poco puesto en los tejemanejes de hoy en día, le parecerá que se escribió la noche anterior.
El ser humano no cambia, y como decía otro tango “… la ambición trabaja”. Ésta no descansa, “… silencio en la noche, silencio en las almas”.
Escuchen con atención la letra del tango. Hagan el ejercicio de aplicarla a nuestros días, y no a la Década Infame. Convendrán conmigo que lo que cuenta es aplicable a la cotidianeidad española.
La fantástica Adriana Varela, la interpreta con maestría, y con esa voz rota, cazallera, tan peculiar, que nos recuerda al Polaco Goyeneche.
Disfruten, pero ante todo piensen y reflexionen.
Aplicable en muchas épocas. En Chile calzaba con el gobierno de Allende...
ResponderEliminarSaludos, JBR