En estos tiempos que corren, tan convulsos y complicados, permitanme ustedes que le haga un pequeño homenaje a mi hija María, con la publicación de unas fotos que son un poco el jalonar de ella en este mundo.
Ya, ya sé que soy un blando y un sentimental, pero este acto que hago es un oasis en el desierto más seco de las últimas décadas. ¡Felicidades María!
La chica de la foto que abre este blog, la de la portada, la de la sala de espera del aeropuerto, también es María en uno de sus viajes.
¡Gracias por ser mi hija!
¿Esta soltera? Me postulo como novio.
ResponderEliminarFelicidades para ella.
ResponderEliminarMe gusta mucho la foto del silencio. Muy lograda y original.