Los jugadores rojiblancos –hoy vestidos de rojo con un
detalle color crema-, saltan al campo de La Rosaleda de Málaga, con un solo objetivo
entre ceja y ceja: ganar. Saben que se juegan mucho, y, a pesar de la
diferencia técnica y de presupuesto que les separa del conjunto malacitano,
convencidos están de qué pueden sacar el partido adelante. Además –piensan- el
fútbol es once contra once, y los contrarios son humanos. El bajito técnico de
Baracaldo, les da la última arenga en las escaleras de acceso al verde césped. Llegó
la hora. El último tren de la permanencia espera en la estación. Hay lista de
espera para subir al mismo. Zaragocistas, rayistas, granadinos, villarealenses
y sportinguistas, permanecen tensos en el andén para subir a los vagones que
llevan a quedarse en la élite del fútbol español. Más allá –en el andén 2-, se
encuentra estacionado el tren del descenso, con los racinguistas en sus
asientos, esperando nuevos compañeros de viaje.
Comienzan los choques, y el nerviosismo se apodera de los
protagonistas. Los transistores arden y echan humo. Las piernas pesan el doble.
El balón parece hecho de fuego. ¡Gol en
Las Gaunas! No hay problema. No incumbe. ¡Maldito pitido del carrusel! Amagos de infarto en las gradas. No
hay uñas que comer. Tensión por las nubes. En Gijón, Zaragoza y Granada, los
bares rebosan de aficionados. Caras de satisfacción en los hosteleros. ¡Hoy voy a hacer buena caja! Los fanáticos
con sus camisetas rojiblancas verticales y horizontales y blancas impolutas,
rodean sus cuellos con bufandas multicolores, a pesar del calor y la humedad,
provocados por la transpiración y la temperatura de sus cuerpos. Los hay que no
aguantan más, y salen a la puerta a fumar unos cigarrillos. Dos caladas y para
adentro. Otra vez el sufrimiento. ¡Ocasión
de Sangoy! Reproches al argentino en Gijón, por haber rematado por encima
del larguero. ¡No se puede fallar eso,
cagonmimantu! Faltan minutos para terminar la primera parte, y el pitido
del Carrusel vuelve a sonar. ¡Goooooool
de Lafita en Getafe, gol del Zaragoza! La algarabía recorre la capital
maña. ¡Estamos en primera! Gritan los
aragoneses. Más cubatas. Más celebración.
Llega el descanso y los hinchas se relajan. Empiezan las
cuentas y se agotan las cajetillas de tabaco. Los gladiadores vuelven a los
vestuarios. Caras largas en algunos; de ilusión y satisfacción en otros. ¡Jamón Guijuelo, jamón Guijuelo!, escupen
las ondas, entre análisis de sesudos comentaristas.
Comienza el desenlace. No hay cambios en ninguna de las
escuadras. Cual condenados al cadalso, vuelven a poblar el campo. En Getafe, hay
dos elementos singulares. Dos jugadores con sentimiento sportinguista que
juegan hoy de azul. Michel y Diego Castro quieren ganar al Zaragoza. No se
juegan nada, pero quieren ayudar a sus antiguos compañeros de fatigas. Mientras,
y cerca del Alfonso Pérez, un guardameta está tenso en el banquillo. No puede más.
Se retuerce en el asiento cada vez que los franquirojos se acercan a la portería
defendida por su colega Julio César. ¿Ha
marcado el Atleti?, le pregunta al masajista, el cual parece un
extraterrestre con los cascos rodeando su cabeza. ¡Gol en Málaga!, dice Ponseti. Un silencio cubre Gijón, ya que la
radio va por delante de las imágenes de televisión. ¡Gooool de Sporting! ¡Gol de Gregory! El francés remató un corner
botado por Adrián Colunga, haciendo inútil la estirada de Kameni!, explica
el locutor de la SER, ¡Málaga, cero,
Sporting, uno! Abrazos y risas que llegan al mar, llenan las calles de un
Gijón desierto, mientras los sismógrafos detectan movimientos en el norte de
España, fruto de los saltos de la gente en la Costa Verde.
¡Penalty en Vallecas!
¡Penalty al favor del Rayo! Vuelve la desilusión a algunas casas y renace
la esperanza en otras. Aquel guardameta nervioso del banquillo granadino, se
pone los guantes y salta al campo, ya que su compañero con nombre de emperador
romano, ha sido expulsado con tarjeta roja. Ha trabado al delantero, y así lo
marca el reglamento. Silencio en Vallecas, silencio en la noche. Faltan diez
minutos para terminar el partido, y en las botas de Trashorras está la salvación
del Rayo. Pita el árbitro, y el rayista ataca el balón, vuela éste y se
encuentra con la manopla de Roberto, que lo despeja a corner. Gritos a favor
del de Chantada en Granada y en Gijón. El canterano del Barça se lamenta de
rodillas en el terreno de juego. ¡Gooooool
en Getafe! ¡Goooool de Diego Castro! Miles de voces claman en Gijón. La
Santina está haciendo su trabajo. Cientos de cirios se encienden en El Pilar. ¡Vamos mañica! En La Rosaleda, el Málaga
acosa de lo lindo. Juan Pablo se defiende como gato panza arriba. Entra Bilic
por un cansado Sangoy. Falta lateral que lanza Colunga. ¡Peligro! Peina el
croata, ganando la acción a De Michelis, y remata a bocajarro el más pequeñín,
el pelado Lora, que introduce la pelota en las redes del equipo del jeque. ¡Esi ye el mejor! Grita un aficionado en
el muro. ¡Vamos, vamos, vamos! Se oye
por todo Gijón. Tres minutos de alargue en Vallecas y en Getafe. Hierven las
radios. Millones de ojos en las pantallas de televisión. ¡Ahí está, ahí está, ahí está! ¡Gooooool de Iñigo López para el
Granada! Bailan en el Sacromonte. Disfruta la Alhambra. En Gijón la ilusión
rebosa. Ultima jugada del partido en Getafe. ¡Avanza Casquero, la cede a Diego Castro, éste retrasa a Michel, que,
al borde del área enchufa un disparo….y gooooool de los azulones!, relata
el comentarista. ¡Mala suerte ha tenido
el Zaragoza. El disparo de Michel rozó en Paredes y descolocó a Roberto! ¡Final
del partido en Málaga! Suena en Carrusel el soniquete de Un, Dos, Tres. ¡Málaga, cero, Sporting de Gijón, dos! ¡Se
acabó en Getafe y en Vallecas! ¡Zaragoza y Rayo Vallecano, son equipos de
segunda división!
Gijón y Granada son una fiesta. La gente sale a las calles. Personas
desconocidas se abrazan y aprietan los puños al aire. ¡Sporting! ¡Sporting! ¡Granada! ¡Granada! Las dos caras del deporte
se juntan en España. Risas y lloros. La buena gente vallecana y zaragozana
tiene los ojos húmedos. Se apagan los cirios en El Pilar. Comienzan las
procesiones a Covadonga. Aumentan los creyentes en Asturias. Se dispara la
venta de sidra.
¡Ring, ring! ¡Ring,
ring! Suena el despertador. Hay que levantarse e ir a trabajar. Me levanto
con una pequeña sonrisa en mi rostro. ¡Menudo sueño hermoso que he tenido!
Joder, me acabas de emociomar carajo!
ResponderEliminarGracias por haberlo leído, y por comentar. Esperemos se cumpla el sueño. ¡Puxa Sporting!
EliminarHombre..gracias por haberlo leído y gracias sobre todo por haber comentado. Esperemos se cumpla el sueño. ¡Puxa Sporting!
Eliminarimpresionante ojala se cumpla
ResponderEliminarMagnifico y magistral. Yo tambien me he emocionado.
ResponderEliminarEso es lo que todos los Sportinguistas soñamos, ojalá se cumpla, la fiesta puede ser muy grande..
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