Hoy 13 de noviembre de 2013, se ha demostrado que cierto
tipo de delitos salen gratis en España. La Audiencia Provincial de A Coruña,
dictó sentencia sobre el Caso Prestige:
inocentes todos aquellos que jodieron una gran parte del litoral atlántico-cantábrico
español. Inocentes todos aquellos que sumaron en pérdidas a miles de
trabajadores directos del mar y a otros miles indirectos.
La Gran Mentira de
“los hilillos de plastilina”, salió vencedora. Va a ver que darle la razón a
Ana Botella, cuando en aquellas fechas dijo que “el único culpable era el barco”.
Once años de instrucción, de investigaciones y de sesiones, para éste
resultado. Es inútil. En España no cambiamos. Lógico que el ministro Alvarez
Cascos se quedara tan tranquilo en su cacería del momento. ¿Para qué iba a
dejarla? Siendo miembro de la casta parasitaria desde hace lustros, ya
sabía cual iba a ser el resultado.
España que carece de recursos energéticos convencionales -petróleo,
gas-, debe de potenciar las energías renovables hasta la autosuficiencia -eólica,
solar-, ya que dispone de unas condiciones naturales ideales para conseguirla rápidamente.
Además si se potencia su investigación, España puede y debe convertirse en el
servidor de energías verdes para la UE, y todo lo que ello puede suponer. Además
esto crearía gran cantidad de puestos de trabajo pudiendo convertirse nuestro país en una potencia en este sector
con pedidos de todo el mundo. Pero nuestros gobernantes incapaces de razonar con
lógica y coherencia, son incapaces de ver esta oportunidad y se empeñan en las
energías tradicionales argumentando el abaratamiento de la misma. Esto es una
falsedad, no solo por el cheque energético camino de otros países, sino porque esas
instalaciones están amortizadas hace décadas. Los lobbys de los combustibles fósiles
son muy potentes.
Con esta sentencia de la Audiencia de A Coruña, las
compañías aseguradoras se han ahorrado de pagar 4.500 millones de euros en
concepto de daños e indemnizaciones a todos los afectados. Además el gobierno
tendrá que devolver los 22 millones de euros, que ya adelantó en su día la
empresa propietaria del buque. La sentencia es una de las continuas burlas y
desprecio a la que tan acostumbrados estamos los españoles en los últimos
tiempos por la sospechosa frecuencia con que se producen. Sobre todo cuando
está el PP en el Gobierno. Es igual que pongan al frente de la Dirección de la
Marina Mercante a un incompetente que no hizo caso en su día de los técnicos
con más experiencia y capacidad en estas situaciones e hizo caso a
"expertos". En cuanto a ese juez no estaría de más que investiguen su
patrimonio y sus relaciones con el Partido Popular.
Mientras, en otro punto de España, un fiscal pide 7 años de
condena a una chica de 18 años por tocar el piano y provocar contaminación acústica
en una vecina algo trastornada.
Como se decía en la España de la transición: ¡País!
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