Albert Camus, cumpliría hoy 7 de noviembre 100 años. Fallecido hace 53 en Villeblevin (Francia), el escritor y filósofo de origen argelino, fue unos de los más destacados humanistas del siglo XX.
Premio Nobel de Literatura cuando tenía 44 años -uno de los más jóvenes de la historia-, por "el conjunto de una obra que pone de relieve los problemas que se plantean en la conciencia de los hombres de hoy", será recordado por -entre otras legendarias obras- El Extranjero (L'Etranger), El Mito de Sísifo y El Hombre Rebelde.
De ascendencia española -de Menorca concretamente-, sufrió toda su vida el estigma del pied noir (hijo de colono francés nacido en Argelia), siendo esta la característica que hizo de él un pensador sin igual. La tragedia le acompañó hasta su último día, ya que falleció en un absurdo accidente de tráfico.
La muerte siempre estuvo presente en sus obras, como se ve en las primeras frases de El Mito de Sísifo, donde dice: "Lo que llama una razón para vivir, es, al mismo tiempo, una excelente razón para morir".
Hombre comprometido, anhelaba la libertad, y quizás por su dura infancia, buscaba permanentemente la felicidad. En la vieja y mortecina Europa de hoy, se hace necesario recordar la palabra de Camus, fresca, libre y ágil, que corrompería esa ola de racismo que cubre los parajes europeos.
A pesar de todo, la palabra de Albert Camus, sigue siendo el signo de la protesta verdadera, sin apoyarse el temas religiosos o en dogmas filosóficos.
Para finalizar, me apropio de una de sus citas más célebres: ¡Quien necesita piedad, sino aquellos que no tienen compasión de nadie!
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