Foto: diario-octubre.com |
El 30 de noviembre de 2012, nuevamente el Gobierno de España,
volvió a engañar a todos los españoles. Esta vez se cebó en el colectivo de los
pensionistas. La mentira y el desprecio a los ciudadanos, no son algo reciente
o improvisado, es algo inherente a su forma de ser y actuar. Está basado en una
ideología de apoyo a aquellos que tienen rentas más altas. Es un capitalismo
salvaje, derivado de un ultra-liberalismo obsceno.
Ahora, mientras se apoya a la banca -sin castigar sus
desmanes-, se recortan salarios y pensiones, se incrementan impuestos y
precios, y se derogan derechos contemplados hace muchos años que tanto costaron
a la ciudadanía, caminamos a un nuevo orden económico y social, donde el
trabajo es un privilegio, como hace poco declaraba en la televisión una
conocida vocera del sistema actual. Y es que se está poniendo en peligro algo
tan vital y necesario como es la llamada “paz social”.
Todos estos “cambios”, forman parte de un programa
preconcebido por una ideología conservadora, tal y como se demuestra en la
Doctrina del Shock de Naomi Klein.
España –el gobierno del PP-, hace lo más duro del ajuste en
términos sociales y todo por ahorrar 3.800 millones de euros –dos décimas
del déficit-, que es menos que lo que inyectará el sector público en el Banco
de Valencia para entregárselo por un euro a La Caixa.
Esto es una parte de esos Presupuestos Generales del Estado
de España, que según el ministro Montoro, “son los más sociales de nuestra
democracia”. ¡Tendrá cara dura el tio!
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