Leo una noticia en la que informan que la Audiencia de
Madrid, podría anular el caso contra Blesa, por petición de la fiscalía.
La fiscalía -institución jerarquizada y dependiente del
Gobierno que nombra a discreción al Fiscal General del Estado-, se está
convirtiendo en el abogado defensor de los delincuentes de cuello blanco -Infanta,
políticos, banqueros del régimen-, olvidándose de su verdadera función, que es
la de perseguir a los delincuentes.
El caso de Blesa es paradigmático de lo anterior. Blesa es
fruto del poder, de un poder concreto, de un partido concreto. Ya me extrañaba
que el amigo Gallardón tardara tanto en enviar a sus huestes para salvar a uno
de sus amigos, sea un corrupto, un kamikaze o un delincuente de guante blanco.
Pienso que Miguel Blesa saldrá limpio de polvo y paja de
este embrollo. Hay demasiados intereses políticos cruzados en la gestión de
Caja Madrid. Yo, cada día lo veo más claro: la justicia es un cachondeo con
leyes a favor de los ricos, los poderosos, los políticos, los famosos y los famosillos.
Triste y vergonzoso.
¿Tendrá algo que ver “el Tamayazo” en estas maniobras políticas? ¿Será por qué piensa casarse en breve?
Solo el pueblo con la rebelión pacífica, o quizás no tan
pacífica, puede arreglar este desmadre de corrupción en el que vivimos.
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