Hubo un famoso cuplé en
España que se titulaba “La chica del 17”, pero nada tiene que ver con lo que
estoy escribiendo. Bueno, algo sí: aquello que tiene revuelta a la vecindad.
Busquen ustedes la letra de la canción, que yo estoy vago para ponerla y tengo
poco espacio.
A lo que iba. En Oviedo
(Asturias), la Delegación de Hacienda actual, ocupa el espacio del primitivo
Convento de Santa Clara, edificio de las religiosas Clarisas –a esas a las que
las novias llevan huevos para que el día de su boda no llueva-, construido en
el lejanísimo siglo XIII. Usado como cuartel a partir de 1830, fue tristemente
famoso por una masacre –al estilo de la matanza de Santa María de Iquique
(Chile)-, en la que fueron ametrallados 29 asturianos en los inicios de la
guerra civil del 36, cuando acudieron engañados por el coronel Aranda, el cual
fingió ser fiel a la República.
Hoy por hoy, y alejada la
zona de aquellos oscuros días, el entorno se llena de hoteles, cafeterías,
bares y sidrerías. Un ambiente mucho más lúdico y festivo.
En uno de estos locales,
junto a un supermercado y frente al edificio que más terror le da a los
españoles –el de Hacienda, of course-, corretea por detrás y delante de la
barra, sirviendo vinos y escanciando sidra, ofreciendo pinchos y sonrisas a los
parroquianos, “La chica del Santa Clara”. Residente en Cancienes, lugar cercano
a Avilés, va y viene –a Oviedo- diariamente, desparramando alegría, y buen
rollo. Pero Susana nos deja. Pero no se alarmen. No le va a pasar nada. Dejará
de regalarnos su presencia, para irse a otros lares a seguir haciendo felices a
sus moradores. La echaremos de menos. Al menos los fanáticos del mus, que desde
hace poco tiempo invadimos las mesas de esta sidrería, las mesas de la sidrería
Santa Clara. Huérfanos vamos a estar de su mirada, de sus ojos, de su
permanente sonrisa. Huérfanos vamos a estar de su menuda figura, de sus
comentarios, de sus detalles, de su servicio, de sus observaciones de las
partidas. Huérfanos vamos a estar de Susana. El vino ya no sabrá igual, Isaac
no pedirá que le cepillen su cazadora de manchas de cal, José Luis no será “el
ratonucu” y Chus ya no se equivocará de nombre al llamarla. Ya no habrá Camel a
la puerta del local y la basura no será sacada con tanto gracejo y donosura. Se
va “La chica del Santa Clara”, y yo me pregunto, como dice el cuplé, ¿de dónde saca pa tanto como destaca?
Ojalá que te vaya bonito,
ojalá que se acaben tus penas, que conozcas personas más buenas, que se llenen
de sangre tus venas, que se vista tu vida de suerte y que nadie te llame
cobarde. Ojalá que te vaya bonito, Susana.
Después de leer esas palabras que te han dedicado Susana que mas se puede decir? Esta chica tan encantadora y buena, tal dulce y cariñosa y con esa mirada angelical y traviesa que suele poner de no romper un plato poco mas se puede decir de esta gran persona y mujer, solo que es un enorme e impagable placer el conocerte y disfrutar de tu amistad y cariño.
ResponderEliminar1 beso Susanita y que tengas un dia tan bonito como el que nos sueles dar con esa sonrisa tan bonita que tienes.