Al menos cuatro días
han permanecido los cadáveres de Marta Pajarón Ferrero, de 82 años, y de su
hija María del Mar Viñolo Pajarón, de 40, en el piso que ambas compartían en
Astorga (León). La madre murió por causas naturales, y la hija, que poseía
graves discapacidades físicas y psíquicas –ceguera incluida-, incapaz de pedir
ayuda, falleció por falta de cuidados. (El País, 11 de noviembre de 2012).
Pero, ¿qué sociedad estamos creando? ¿Son éstos los
resultados de los putos recortes? Ahora saldrán los “vaselineros” del Gobierno,
diciendo que era imprevisible, que es una lástima, que habían hecho todo lo
posible. ¡Que se callen y metan sus lenguas donde les quepa!
¡Viva la Iglesia! ¡Viva la banca, con Bankia a la cabeza!
¡Viva el Gobierno! Total, las fallecidas no eran “productivas”. De esa forma
las arcas públicas se ahorran unas monedas destinadas a satisfacer las ansias
de los mercados. ¡Que asco, por Dios! Como he leído por ahí, el PP tiene a su
disposición a Rouco Varela, y mediante la confesión, están limpios de polvo y
paja.
No se quien tiene responsabilidad en este suceso, ni me
importa. Lo que me importa y me aterra es imaginarme lo que ha debido de pasar
esa pobre mujer discapacitada en esos días, con el cadáver de su madre al lado.
Si hay otra vida, otra dimensión o lo que sea, espero que se
le resarza de forma adecuada.
D.E.P. María del Mar Viñolo Pajarón y su madre, Marta Pajarón
Ferrero.
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