Hace más de 100 años, se creó en Asturias, una organización que fue fundamental para que los mineros de toda España tuvieran algo de dignidad. En unos tiempos convulsos en la minería nacional, conviene darse una vuelta por la historia, en homenaje a todos los que lucharon por los derechos de tan esforzados trabajadores.
El 10 de noviembre de 1910,
Manuel Llaneza Zapico, fundó en la localidad mierense de Vegatodos (Asturias),
el Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias, pieza fundamental e
importantísima en el puzzle sindicalista mundial. La labor del socialista Llaneza
por dignificar la vida laboral y personal de los mineros, se plasma en esta
organización sindical, profundamente arraigada en el movimiento obrero
asturiano. De orientación socialista, impregnada en los valores solidarios
inherentes al internacionalismo obrero, no solo se preocupa de los aspectos
profesionales del mismo, va más allá, atendiendo a las preocupaciones vitales
de sus afiliados y de su entorno.
Varios hitos jalonan la andadura
del SOMA, siendo, quizás las más relevantes, el reconocimiento jurídico del
sindicato (1913), la creación de la Mutualidad del Sindicato Minero Asturiano
(1915), la promoción de la construcción de las Casas del Pueblo (1916), la
primera huelga general bajo la dictadura de Primo de Rivera (1924), la primera
experiencia autogestión obrera de la minería española, en el Pozo San Vicente
(1926), la fundación del Orfanato Minero (1930), la Caja de Jubilaciones y
Subsidios y el vale del carbón (1932), el estatuto del minero (1984) y la
constitución del instituto para la formación, investigación, documentación y
estudios sociales, INFIDE (1993), entre otros logros.
La historia no fue fácil para el
SOMA y sus afiliados. Su participación destacada en la Revolución de octubre de
1934 en Asturias, forjó una imagen revolucionaria, anarquista y contestataria
con el sistema reinante en cada época, por parte del sindicato obrero. Sufrió
fuertes represiones institucionales y personales por parte de los sucesivos
gobiernos del general Franco, como la ilegalización y persecución de 1937, tras
la caída de Asturias en la Guerra Civil, con el asesinato de 8 socialistas en
la mina La Bornaína en 1938, y sobre todo con la brutal matanza de 22 mineros,
en el año 1948, en el Pozo Funeres de Laviana.
Tuvieron que pasar casi 40 años,
hasta la celebración, en libertad, del I Congreso del SOMA-UGT (llamado así por
su adhesión a la Unión General de Trabajadores), desde 1933, si bien nunca dejó
de estar presente en la lucha obrera en tierras asturianas, como lo demuestra
su participación activa en los conflictos mineros acaecidos en los años 1962 y
1963.
Con la llegada de la democracia,
el SOMA-UGT, desplegó una fuerte actividad reivindicativa en actividades
sociales y políticas. Siguió batallando porque los mineros tuvieran unas
condiciones dignas de trabajo, y sobre todo, porque las cuencas mineras
asturianas, no sufrieran los efectos devastadores de las sucesivas
reconversiones industriales. Célebre es la marcha negra del año 92, donde 500
autobuses y un tren especial, llenaron Madrid de unos 10.000 mineros en busca
de acuerdos, para garantizar el futuro suyo, y sobre todo de sus familias. No
menos célebre, fue el encierro de varios dirigentes en el Pozo Barredo de
Mieres, en defensa de la industrialización de Asturias.
Fruto de esa lucha, fue la
concesión de los llamados Fondos Mineros, que se destinaron y destinan, a
modernizar las infraestructuras de la zona, a la creación de nuevo tejido
empresarial y a la formación y reciclaje de la población, con objeto de poder
soslayar la bajada y decadencia de la actividad extractiva de hulla, que es el
mineral imperante en las cuencas mineras asturianas.
Fiel a su espíritu asociativo y
solidario, el SOMA-UGT, promovió a partir de 1979, la Fiesta Minera
Asturleonesa de Rodiezmo (Villamanín-León), donde cada año se reúnen miles de
trabajadores de ambos lados del Pajares, para compartir experiencias, momentos
de ocio, culturales y, escuchar discursos de clase por parte de líderes
políticos y sindicalistas de corte socialista.
Aquél espíritu imbuido por su
fundador Manuel Llaneza, es el que llevó al SOMA-UGT, a fundirse con la
Federación de Industrias Afines (FIA), en 1994, adaptando lo que es su actual
denominación, SOMA-FIA-UGT. La influencia de este sindicato en Asturias y
dentro del PSOE, es tal, que hasta el actual Secretario General de este
partido, José Luis Rodríguez Zapatero, debe su elección, contra todo
pronóstico, a la actuación de los representantes de los mineros asturianos en
la última ronda de votaciones del XXXV
Congreso Federal, celebrado el año 2000 en Madrid.
Cien años llenos de luchas, de
discrepancias, de influencias, de ilusiones, de sufrimientos, de logros. Cien
años de desarrollo de la idea de Manuel Llaneza, aquel que en su juventud fue
alcalde de Mieres, y soñó que aquellos que bajaban hasta la planta 14,
disfrutaran de algo más, que de la inhalación de polvo y grisú, de la negrura
del ambiente, y que pudieran dignificarse como seres humanos.
CON RESPECTO AL DESTINO DE LOS FONDOS MINEROS, NO SE EMPLEARON ADECUADAMENTE, fue la concesión de los llamados Fondos Mineros, que se destinaron y destinan, a modernizar las infraestructuras de la zona, a la creación de nuevo tejido empresarial y a la formación y reciclaje de la población, con objeto de poder soslayar la bajada y decadencia de la actividad extractiva de hulla, que es el mineral imperante en las cuencas mineras asturianas. DE TODO ESTO NO SE REALIZÓ NADA.
ResponderEliminarDe acuerdo con usted en gran parte de lo que dice. El Calatrava, La laboral y muchas cosas que se hicieron con los fondos mineros no repercutieron en las cuencas, pero en sí el SOMA no tiene mucho que ver, aunque posiblemente si alguno de sus dirigentes como Villa. Un saludo.
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