“España necesita confianza” “Yo ofreceré confianza a los mercados cuando llegue a ser presidente del Gobierno” “El PP y su responsabilidad, es la única alternativa para ofrecer confianza a los inversores” Estas son alguna frases vertidas por Rajoy y por miembros del Partido Popular en las vísperas de las elecciones del 20N en España.
Pasados los primeros cien días de gobierno -¿desgobierno?-, los mercados han provocado la quiebra de Rajoy S.A. y de su confianza. La prima de riesgo se coloca a 427 puntos básicos, 27 más que el jueves pasado. En una semana, la prima subió 46 puntos, lo que la convierte en la peor desde el inicio del año. Combinar recortes y recuperación económica es lo que los mercados castigan, ya que no se fían del Gobierno y piensan que no van a ser capaces de llevar a España a la senda del crecimiento. Hay desconfianza.
Mientras, el mudito Rajoy, -“¡Viva el vino!” sigue sin dar la cara, tanto en el Congreso, como en la sociedad. Se encuentra muy a gusto calladito. ¡Total para lo que debe de tener que decir!
La Bolsa, tampoco da respiro. Ahonda en sus mínimos anuales, poniendo en peligro la frontera psicológica de los 7.500 puntos.
La situación de hoy es el resultado de 30 años de políticas neocon en EEUU y Europa, desde Reagan y Thatcher y de los últimos 5 años de la política suicida de la UE liderada por Merkel.
Que España esta mal esto no lo duda nadie; que además se especula en el mercado por terceros para ganar pasta a costa nuestra, tampoco. Realmente no se si estamos tan mal por culpa del puñetero ladrillo o han sido peor las embestidas que desde hace dos años nos están haciendo y que nos cortan el crédito y nos endeudan. Los especuladores saben que España es un mediocre país dividido en dos bandos enemistados donde sus ciudadanos en lugar de unirse para defenderse y hacer frente común, se dedican a tirarse los trastos unos a otros.
La deuda no se puede pagar, ni la de España ni la de ningún país, porque la deuda está fabricada con dinero ficticio. Sólo la deuda del Estado Español, a razón de 28.000 millones destinados este año a pagar intereses, demoraría 35 años para pagar el capital, sin contar los intereses y suponiendo que no pidas prestado ni un euro más.
Mientras, nuestro flamante ministro de economía, Luis de Guindos, pide “evadirse de lo que pasa en los mercados de corto”. Me recuerda al avestruz.
Pasó la Semana Santa, pero, ¡Señores qué cruz!
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