Saquen sus propias conclusiones.
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Con todos ustedes, El Bigotes
Justo al lado de Correa siempre
se sitúa un tipo bien pinturero, fachendoso y peripuesto que en algún momento
de su vida decidió que no iba a pasar desapercibido. Y se dejó unos bigotes de
forzudo de circo de comienzos del siglo XX. Álvaro Pérez, Alvarito o El
Bigotes, por sobrenombre obvio, ha sido el más citado y popular de todos los
colaboradores del gran jefe Francisco Correa. Pero no parece el más importante.
Es más bien el complemento de pimienta que necesita cualquier espectáculo para
atraer espectadores.
De hecho, su otra vida
fuera de Gürtel se ha movido siempre en torno al entretenimiento. Sobrino
político de Andrés Pajares, participó en alguna de sus películas como extra o
como empleado en la producción. Quizá de entonces se trajera su vena de gran
imitador, una de sus muchas gracias. Alrededor del año 2000 se empata con
Correa. De creer al gran jefe de la trama, lo que no es obligatorio, se lo
presenta Alejandro Agag. Ya hemos contado en otro apartado que es él quien le
pide que le ponga en los actos de Aznar. Sea cual sea el origen de su amistad,
Álvaro Pérez trabajó mucho y bien, según el sumario, para Correa. Desmadrado en
el vestir como era, loco por la ropa cara, se encargará docenas de trajes,
camisas o zapatos de primeras marcas, Briani o Hackett, como muy bien sabe José
Tomás, el sastre que luego nos aparecerá tomando medidas a Francisco Camps.
Su gran momento llega
cuando Correa, en 2004, le encarga la rama valenciana. Crea Orange Market, en
coordinación con Correa y como una sucursal de Madrid. Se va a vivir a un gran
piso en una de las mejores zonas de Valencia y compra un chalé de descanso en
la urbanización San Rafael, entre La Nucía y L'Alfàs del Pi, valorado en cerca
de medio millón de euros. Garboso, asombra a los paseantes con sus llamativas
motos, especialmente su Can-Am Spyder, de tres ruedas y 20 o 30.000 euros de
coste, tanto como sus mostachos o sus puros habanos. Pero como no es bueno
dejarse llevar por las apariencias, nos engañaríamos si no le adjudicáramos una
insólita capacidad para seducir a seres humanos tan contrapuestos a su fenotipo
como Francisco Camps. Porque alguno del resto de los implicados, Rafael Betoret
o Ricardo Costa no parecen tan alejados del estilo esplendoroso de Alvarito.
Refuerza su amistad -uña y carne- con Pedro García, director general de la
Radiotelevisión Valenciana Canal 9, hoy desgraciadamente fenecida, un
periodista capaz de hacer piruetas en el alambre: director general y jefe de
prensa de Eduardo Zaplana, llegó a ser secretario autonómico de Comunicación
con Francisco Camps. Ahí es nada. Así que los negocios de Orange Market se
multiplican al unísono con la cada vez más cercana presencia de Pérez al poder
de la Generalitat, encarnado en primer lugar por su presidente. Y la
inestimable ayuda, por supuesto, de todo su equipo, incluido el poderoso y ya
citado Pedro García.
Pero El Bigotes ha
tenido, y tiene, más amigos de los que aparecen en un primer vistazo. Juan
Villalonga, por ejemplo, el amigo de pupitre de José María Aznar y, por ende,
presidente de Telefónica. Más recientemente, después del escándalo Gürtel,
Pérez ha reaparecido como posible comprador o resucitador del Grupo
Intereconomía, de la derecha más extrema, en plena asfixia económica y que ya
ha tenido que cerrar su periódico impreso, La Gaceta. Por dinero, nadie
sabe, pero por ideología no será, porque todos los que le conocen de antiguo le
consideran algo más que un simple señor de derechas. Más allá. Un poquito más
allá.
¿Vida familiar?
Variada. Su primera mujer, Esther del Prado, fue azafata del famoso Un,
dos, tres, de TVE y tuvo una muy modesta carrera como actriz. En 2009
protagonizó, no excesivamente vestida, un número de la revista Interviú. Su
segunda mujer, Noemí Ramal, también se ha movido por escenarios similares,
aunque más en televisión, y muy concretamente en Canal 9, donde presentó varios
programas e incluso contó las uvas de Nochevieja en 2007 -se llevó las cámaras
hasta La Nucía- y 2008. Antes, mucho antes, también se había desnudado en
Interviú y había pertenecido al elenco de las muy recordadas Mamachichos de la
inicial Tele 5.
Una vida entretenida,
esta de El Bigotes.
©José María Izquierdo, para El País
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