Fátima Báñez y Soraya S. de Santamaría (Uly Martín-El País) |
Abrumado aún por la noticia de la condena del juez Garzón, por el No Tribunal No Supremo de España (Jiménez Villarejo dixit), el Gobierno de la nación, vuelve a alborotar el gallinero con la aprobación del Decreto Ley de la reforma de la legislación laboral. Enfundada con una chaqueta color blanco sucio, la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, con su aspecto de ser la hija secreta de José María Ruiz Mateos o de Teresa Rivero –permítanme que me meta con ella, ya que ella se mete con los trabajadores-, y arropada por la súper-ministra Mini Soraya, la andaluza ha explicado al país, las reformas –mejor los recortes-, que el PP ofrece a la sociedad.
Aún sin leer en profundidad tal decreto –ya conocido como decretazo-, considero que son medidas para favorecer a los ahora llamados emprendedores –eufemismo de explotadores-, ya que un verdadero empresario sabe valorar suficientemente lo que hacen sus colaboradores. Parece que lo más “in” hoy en día en minimizar los derechos adquiridos, favoreciendo a los especuladores y a los negociantes. ¿No se han dado cuenta que a pesar de arriesgar capital, los beneficios de tal riesgo no vendrían sin la participación de la llamada clásicamente mano de obra? En mi época de estudiante de economía, se nos enseñaba que un trabajador rendía más, en un ambiente agradable. Es decir, contento. Parece que hoy en día, es todo lo contrario. Palo y tentetieso. Quien bien te quiere te hará llorar. ¡Cuánto nos quiere la señora ministra! ¡Qué buenos son los del PP, que nos llevan de excursión!
Sin embargo, tienen mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados, resultado de la decisión de los españoles –incluidos trabajadores de base-, con lo cual los españoles tenemos lo que hemos votado –yo no, pero da igual-, tenemos lo que nos merecemos.
Auguro más despidos, auguro menos capacidad adquisitiva y auguro –lo más grave- un deterioro en las condiciones de trabajo de aquellas personas con más de 50 años, ya que los emprendedores/explotadores, les harán la vida imposible, o los tirarán por el sumidero del baño laboral.
Me sentaré a estudiar las medidas, y entre hoy y mañana analizaré en profundidad las mismas, y las expondré en este blog.
Me despido por el momento, no sin antes decir: ¡Gracias votantes del PP! ¡Gracias señora ministra Báñez!
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