Aznar en el Foro Ambrosetti |
Se acabó el mes de agosto. Se acabaron las vacaciones de
aquellos que las tuvieron. Vuelta a la realidad. A pesar de seguir en el verano
climatológico, comienza un otoño de los llamados “calientes”. Se avecinan
negros nubarrones.
Lo primero que me llama la atención son las declaraciones de
un señor que parece ha perdido el bigote, y que responde al nombre de José
María Aznar.
Las declaraciones en cuestión, versaban sobre la eliminación
del Estado del Bienestar y de las Autonomías.
¿Este señor no fue presidente del Gobierno de España? ¿Por
qué entonces no cambió el modelo de Estado? ¿Este señor no fue quien cedió el
15% del IRPF a las CCAA? Claro esa era la época en que el modelo de Estado era
bueno e incluso hablaba catalán en la intimidad ¡Basta ya de hipocresía y que
se vaya a poner los pies encima de la mesa de Bush o que siga buscando armas de
destrucción masiva!
(Foto Heraldo.es) |
Empieza por su estado de bienestar, “mister Abdominaizer”, y
empiece a reformar su status, dejando de cobrar alguna de sus múltiples retribuciones.
Es una treta muy vieja y miserable usar el pánico y el
desconcierto para arrimar el ascua a su sardina. Señores neo-con, muy bien que
defiendan ustedes su agenda ideológica, sus principios de sacrificio, mercado y
familia; pero disimulen un poco y no mezclen las churras con las merinas. Es
simplemente miserable y demagógico mezclar causalidad y salida de la crisis con
"necesidad" de reformar la estructura del Estado y Estado del
bienestar. Muy bien, a ustedes no les gusta, y tienen sus razones que yo no
comparto, pero no lo defiendan como lo que no es: una necesidad de orden
técnico, administrativo y económico. No estamos en esta crisis por culpa del
Estado de las autonomías -que sí es verdad que necesita cambios y mejoras-, ni
tampoco estamos donde estamos por culpa del Estado del bienestar, el cual
también necesita cambios y mejoras, no recortes o retrocesos. No se puede afirmar que el problema de
España es el gasto social-asistencial cuando España ha estado en la cola -y
sigue estándolo- en este capítulo en la Unión Europea. Menos demagogia, o menos
estratagema pícara-canalla, y más rigor y honestidad. No es mucho pedir:
aclaren los términos y dejen de manipular.
José María Aznar es tro político vividor del cuento de los
libros y las conferencias, que no ha dirigido una empresa privada en su vida,
millonario hasta decir basta, lleno hasta las cejas de pensión privada,
medicina privada y colegios privados dando consejos y perdonándonos la vida a
los tontos paganinis. Vete tú, como toda tu casta, a donde amargan los pepinos.
Por cierto, ¿se atrevería usted a tocar todo el tinglado de
su señora esposa, de cientos de amigos y familiares –como su hijo Alonso, tan
listo y competente que se encuentra en la city londinense, cuna de la
especulación financiera- que campean tan alegremente en este modelo tan
pernicioso?
¡Señor Aznar, váyase a tomar el pelo a otro lado! A los
pobres estudiantes de Georgetown, por ejemplo.
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